La exposición acumulada a niveles elevados de colesterol LDL desde edades tempranas se asocia a mayor riesgo de enfermedad cardiovascular
La detección, el diagnóstico y el tratamiento precoces son fundamentales en el caso de personas afectadas de Hipercolesterolemia Familiar (HF)
El 24 de septiembre, se celebra el Día Internacional de la Hipercolesterolemia Familiar (HF), trastorno genético hereditario que causa niveles muy altos de colesterol LDL (colesterol "malo") desde el nacimiento, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular prematura.
A pesar de que se han incrementado los sistemas de alerta para su detección, “con los datos de que disponemos, vemos que la HF sigue estando infradiagnosticada e infratratada. Hay que seguir trabajando no solo en los criterios de alerta, de diagnóstico y derivación, sino también en la formación continua de los especialistas, incorporando referentes de zona. Porque la sensación es que demasiadas veces nos llegan tarde estos pacientes, cuando ya han sufrido un evento cardiovascular”, asegura la Dra. Daiana Ibarretxe, especialista del Hospital Universitari Sant Joan de Reus y de la Universidad Rovira i Virgili (Barcelona).
Guías Europeas 2025
La reciente actualización de las Guías Europeas de Lípidos 2025 insiste en la importancia del tratamiento precoz. Tal y como explica el Dr. José López Miranda, presidente de la SEA, las guías “enfatizan en que la arteriosclerosis es una enfermedad crónica y progresiva, que comienza de forma temprana en la vida y progresa lentamente, y que la exposición acumulada a niveles elevados de colesterol LDL desde edades tempranas de la vida se asocia a un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular arteriosclerótica en etapas posteriores”.
Cuanto más bajo se mantenga el colesterol LDL, cuanto antes se baje, y durante el mayor tiempo posible, mucho mejor. Estos tres ejes son clave, según reafirman las Guías, para prevenir un infarto y otras complicaciones cardiovasculares. En este sentido, la
Dra. Ibarretxe
explica que
“la carga lipídica y el tiempo acumulado es fundamental para entender que no todos los casos de hipercolesterolemia son iguales. Un niño que nace con HF, con un colesterol LDL de 200 mg/dL, cuando tenga 40 años va a llevar 40 años acumulados de colesterol alto, y es muy distinto a una persona a quien empieza a aumentar el colesterol a mediana edad. Por tanto, la detección precoz en la etapa infantil garantiza un tratamiento a tiempo, y mayor prevención cardiovascular”.
Determinación de la lp(a)
Otro aspecto que abordan las nuevas Guías 2025 es la determinación de la lipoproteína(a) al menos una vez en la vida. “Se refuerza el mensaje de que la lp(a) actúa como modificador importante del riesgo cardiovascular y lo puede aumentar considerablemente si su presencia en sangre es alta”, explica el Dr. Javier Delgado Lista, internista en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y co-investigador responsable en el Instituto de Investigación Biomédica IMIBIC. “En el caso de personas con HF o con enfermedad cardiovascular ya establecida, la determinación de la lp(a) es imprescindible”, asegura.
Así pues, el control del colesterol LDL se coloca en el centro de la prevención cardiovascular y, para ello, las Guías y los especialistas de la SEA sostienen que
“las combinaciones terapéuticas suelen ser más efectivas que un solo fármaco a dosis máximas, porque suman efectos sinérgicos que hay que intensificar”, en palabras de la
Dra. Ibarretxe. “Estas guías apuntalan el uso del ácido bempedoico como componente de las terapias combinadas, y definen las indicaciones de inclisirán y evinacumab”, concluye el Dr. Lluís Masana, Catedrático de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona).
