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Dr. Xavier Pintó,
primer coordinador del Grupo de UL de la SEA (2000-2009)
"Hay mucho que hacer en materia de dislipemias, y por eso las Unidades de Lípidos de la Sociedad Española de Arterioscleorosis (SEA) y la labor que se hace en ellas son tan importantes"
FECHA DE PUBLICACIÓN: 22/05/2025

“Si la red de UL se ha desarrollado y ha sobrevivido todos estos años ha sido porque existe una necesidad asistencial evidente”
El
Dr. Xavier Pintó fue el primer
coordinador del Grupo de UL de la SEA, entre los años 2000 y 2009. Estuvo al frente del equipo que creó el primer documento de consenso de las UL españolas, a partir del cual se crearon los criterios de acreditación y, por tanto, de oficialización de estas consultas en los diversos hospitales españoles. Además es un profesional de reconocido prestigio: ha sido presidente de la SEA y es el director de la Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular y del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitari de Bellvitge, en Barcelona. Actuamente es catedrático de Medicina y es el editor jefe de la revista Clínica e Investigación en Arteriosclerosis, revista oficial de la SEA. Con él repasamos los 25 años de UL y el papel esencial que estas consultas tienen en la sanidad española.
¿Qué supone, para la Sanidad española, la red de UL de la SEA?
X.P. La red de UL constituye una estructura que incluye a un amplio grupo de unidades asistenciales y de investigación sobre las alteraciones del metabolismo lipídico y su relación con la enfermedad cardiovascular aterotrombótica, con un enfoque eminentemente preventivo y con unos criterios unitarios y estandarizados. Todo esto ha permitido uniformizar y protocolizar el diagnóstico y el tratamiento de las dislipemias de una forma generalizada, en todas las UL que forman parte de la red.
Por otro lado, la red facilita que se ofrezca una alta calidad asistencial en torno a las dislipemias y a los factores de riesgo cardiovascular, ya que se ha demostrado que el control de las dislipemias (que aún es muy deficiente y, sobre todo, en las personas de mayor riesgo) es muy superior cuando se realiza por facultativos especializados en estos temas.
¿Podría ampliar por qué es deficiente, en general, el control de las dislipemias?
X.P. El problema que tiene hoy en día la población mundial es que aún existe un porcentaje muy alto de pacientes en situación de alto y muy alto riesgo cardiovascular que no están controlados adecuadamente. No solo en cuanto a las dislipemias, sino también a otros factores de riesgo, y por esto las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de morbimortalidad a escala mundial. Y tenemos también el problema de que incluso pacientes que ya están diagnosticados de alteraciones del metabolismo lipídico y de enfermedades isquémicas están mal controlados y sufren recurrencias isquémicas frecuentes. Y eso que estamos hablando de un problema clínico que, en la gran mayoría de los casos, es perfectamente controlable, porque hoy en día tenemos recursos terapéuticos muy eficaces.
¿Cuáles son las otras patologías de riesgo vascular que no están bien controladas?
X.P. Uno de los problemas básicos es el que deriva de la obesidad y todas las alteraciones metabólicas asociadas, como el síndrome metabólico, incluyendo las alteraciones del metabolismo de la glucosa, sobre todo la diabetes tipo 2, la enfermedad metabólica hepática, etc. Estas enfermedades son muy prevalentes en la población mundial, y afectan a un 30% de la población adulta de los países desarrollados, asociado al exceso de grasa corporal, especialmente grasa visceral y abdominal. Y este es un reto muy grande que tenemos a escala mundial porque, no solo no mejora, sino que está empeorando.
Y tenemos muchos otros factores, porque el tabaquismo sigue siendo un reto muy importante: hubo una cierta mejora hace 10 años, cuando se empezó a limitar por ley el consumo de tabaco, pero ha habido una recuperación.
Y podemos añadir la hipertensión arterial, y otra larga lista de factores habituales y menos habituales. Por todo esto, porque hay mucho que hacer, son tan importantes las UL y la labor que se hace desde ellas.
Mencione el momento (o momentos) más importante, según su opinión, a lo largo de estos 25 años de UL.
X.P. Creo que el inicio fue clave, cuando se creó el grupo promotor de la SEA, a finales de los años 80 del siglo pasado. Ello permitió que nos uniéramos un grupo de médicos especialistas interesados en los problemas del metabolismo lipídico. Esta estructura incipiente fue la semilla para que después se desarrollara el grupo de trabajo de UL. Y en el año 1997se creó el primer documento de consenso de las UL españolas, a partir del cual se crearon los criterios de acreditación de UL y, por tanto, de oficialización de estas consultas en los diversos hospitales.
Durante los años en que ejerció de coordinador, ¿cuáles fueron sus principales aportaciones?
X.P. Quisiera destacar fundamentalmente que fui el coordinador del primer documento de consenso de las UL, en el que participaron diferentes compañeros de la SEA, y este documento, como he explicado antes, se publicó en 1997, en la revista oficial de nuestra Sociedad. Fue un trabajo en equipo, pero tuve el honor de poderlo coordinar y darle forma.
¿Cuáles han sido las dificultades mayores para poner en marcha y mantener la red de UL en España?
X.P. Desde el punto de vista asistencial, uno de los problemas principales ha sido conseguir que los facultativos tengan tiempo para dedicar a estos trastornos. Muchos médicos de las UL son especialistas de Medicina Interna, también hay muchos Endocrinólogos, y algunos de otras especialidades. Pero estos profesionales hospitalarios realizan muchas tareas en sus centros y poder dedicar tiempo a las dislipemias y al control de los factores de riesgo cardiovascular es algo que inicialmente no se comprendía demasiado, porque como muchas veces no dan síntomas ni molestias y son un problema crónico, quedaban en segundo plano respecto a enfermedades o situaciones de máxima gravedad.
Por eso, la mayoría de los facultativos que han ido creando UL en los hospitales han tenido que picar mucha piedra para intentar conseguir que los jefes de servicio y las direcciones hospitalarias vayan entendiendo que es un tema prioritario, que afecta a un elevado porcentaje de población y que, aunque algunas de estas alteraciones del sistema lipídico se pueden tratar en la atención primaria, hay un porcentaje significativo de dislipemias complejas, graves y de difícil control que requieren de una atención especializada. Si la red de UL se ha desarrollado y ha sobrevivido todos estos años ha sido porque existe una necesidad asistencial evidente.
¿Especialmente en la prevención secundaria?
X.P. En prevención segundaria, por supuesto, porque algunos pacientes no tienen unos síntomas a veces tan evidentes, y hay que profundizar en el porqué de las alteraciones isquémicas que han sufrido. Pero también en prevención primaria, porque hay muchas dislipemias que son muy aterogénicas y a veces no se tienen muy en cuenta. Hay pacientes que no presentan ninguna alteración exagerada, pero sí una suma de pequeñas alteraciones y no se les hace el caso que merecen, suelen ir de un médico a otro con consejos de cambio de estilo de vida y basta. Sin tener en cuenta que, precisamente, estos cambios son los más difíciles de introducir por parte de pacientes que, además, no se encuentran mal.
“Una de las lagunas que tenemos es que aún hay provincias en España que no tienen ninguna UL, y se debería hacer un esfuerzo para que estos territorios se vayan integrando en la red”
En estos momentos, ¿cuáles son los retos fundamentales de las UL?
X.P. Una de las lagunas que tenemos es que aún hay provincias en España que no tienen ninguna UL, y se debería hacer un esfuerzo para que estos territorios se vayan integrando en la red y puedan disponer de más consultas especializadas en lípidos. Porque cada UL después tiene una influencia sobre toda su área de atención primaria. Por eso, en estas provincias sin UL, es muy probable que la asistencia a las dislipemias no tenga el mismo nivel que en otros puntos del país. El reto es conseguir que esto no sea así.
Otro de los retos es que se reconozca por las estructuras hospitalarias y las administraciones sanitarias que las UL son necesarias y que para que funcionen correctamente hacen falta facultativos especialmente dedicados a ellas. Y no solo desde el punto de vista asistencial, sino también para facilitar y promover la investigación tanto epidemiológica como la clínico experimental. El Registro de Dislipemias de la SEA, cuya creación promovió el Dr. Fernando Civeira, con más de 10.000 casos de pacientes documentados, es una fuente única para la investigación epidemiológica.
Y también habría que promover el desarrollo de los laboratorios de investigación básica experimental, que haya una mayor comunicación entre los clínicos y los básicos, y una mayor colaboración también entre las UL y todas las especialidades clínicas que se dedican a la patología cardiovascular aterotrombótica. Por ejemplo, hoy hay un vacío asistencial enorme en los pacientes con problemas en las arterias de las extremidades inferiores, que raramente son derivados a las UL.
“Otro de los retos es que se reconozca por las estructuras hospitalarias y las administraciones sanitarias que las UL son necesarias y que para que funcionen hacen falta facultativos especialmente dedicados a ellas”
¿Qué cifra de UL sería ideal para España? Llegados a las 100 UL, ¿a qué nivel estamos, respecto a la cifra ideal?
X.P. No me atrevo a decir una cifra concreta, pero el objetivo principal es que todo el territorio estatal esté bien cubierto. Quizás con unas 20 UL más lo podríamos conseguir, siempre y cuando se distribuyan en estos territorios deficitarios.
¿Cuál es el estado actual de la atención a las dislipemias y cómo ve las perspectivas de futuro?
X.P. Están desarrollándose nuevos recursos terapéuticos de una altísima eficacia para controlar las dislipemias y para los próximos años vamos a contar con estos recursos, que van a permitir (si se utilizan adecuadamente, y para todos los pacientes para quienes estén bien indicados) mejorar el control, no solo de las dislipemias, sino de todos los factores de riesgo cardiovascular.
A las personas que están empezando a dedicarse a este tema, las animo a intensificar su dedicación porque queda mucho trabajo por hacer. El futuro es muy prometedor y altentador y, precisamente por eso, hay que animar que la actividad de las ULse mantenga y se potencie.