ENTREVISTAS Dra. Luna Carrillo

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Luna Carrillo, Adjunta de Cardiología y Coordinadora de la Unidad de Lípidos del Hospital Universitario de Torrevieja (Alicante).

"En el área de Torrevieja tenemos una alta prevalencia de Hipercolesterolemia Familiar: el 50% de la atención primaria que hacemos es por esta causa”

FECHA DE PUBLICACIÓN: 28/09/2022

La Dra. Luna Carrillo, coordinadora de la Unidad de Lípidos de Torrevieja, junto a la Dra. Mariela Martín, Adjunta de Medicina Interna (a su izquierda). A su derecha, la Dra. Mª Teresa Orviz, Farmacéutica, y el Dr. Raúl Centurión, Jefe del Servicio de Cardiología.

La Unidad de Lípidos de Torrevieja ha sido recientemente homologada por la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), siendo la primera en hacerlo en la provincia de Alicante. Actualmente, son 6 las Unidades de Lípidos con dicha homologación en toda la Comunidad de Valencia. Una vez homologadas, las Unidades de Lípidos pasan a formar parte de la Red de Unidades de Lípidos de la SEA, y se pueden unir al Registro de Dislipemias de nuestra Sociedad.


Cualquier Unidad de Lípidos (UL) de España puede solicitar dicha homologación. Asímismo, la SEA ayuda en la creación y puesta en marcha de nuevas UL porque el objetivo de nuestra Sociedad es incrementar la presencia de Unidades en todo el territorio nacional y que todas ellas trabajen coordinadamente y compartiendo datos. Las UL disponen de consultas dedicadas a la detección y tratamiento de dislipemias - especialmente colesterol y triglicéridos -, así como al control de otros factores de riesgo cardiovascular.


Luna Carrillo, al frente de la nueva UL de Torrevieja, nos explica cómo trabajan y cuáles son los retos y objetivos en su territorio.

¿Con qué objetivo se ha sumado la UL de Torrevieja a la Red de UL de la SEA?


L.C Disponíamos ya de una UL pero participaba solo el servicio de Cardiología. Gracias al proyecto Creamos de la SEA, hemos tenido la oportunidad de ampliar la Unidad y hacerla multidisciplinar. La SEA nos ha ayudado mucho y gracias a su apoyo hemos podido abrir la consulta de la UL al conjunto del Hospital y del área, para que se convierta en un servicio transversal.

¿Qué departamentos hay implicados ahora?


L.C Además de Cardiología, forman parte de la Unidad también los servicios de Medicina Interna, Farmacia, Análisis Clínicos, Nutrición y Endocrinología. Pasamos consulta de manera fija dos cardiólogos y dos internistas. Estamos creando protocolos para que en todos estos departamentos se pasen las visitas con los mismos parámetros en cuanto al control lipídico y prevención cardiovascular

¿Hay una alta prevalencia de dislipemias en la provincia de Alicante, donde ustedes se encuentran?


L.C Concretamente, en nuestra área de Torrevieja tenemos una prevalencia bastante importante de Hipercolesterolemia Familiar (HF). El 50% de las consultas que recibimos de primaria son por sospecha de HF. Por eso queremos entrar en el Registro de Dislipemias de la SEA, para compartir nuestros datos y que todos podamos tener más información a escala nacional, y poder así trabajar conjuntamente.

¿Desde dónde llegan los pacientes a vuestra Unidad de Lípidos?


L.C Hay tres vías fundamentales. Primero, las visitas de pacientes en Cardiología, en prevención secundaria: si se detectan alteraciones en el perfil lipídico, nos los derivan. En segundo lugar, muchos otros pacientes nos los mandan desde las consultas externas de Nefrología, donde no se controlan objetivos de colesterol, y, en tercer lugar, desde Atención Primaria también nos llegan pacientes cuyo Médico de Familia observa niveles demasiado elevados de colesterol LDL. Por otro lado, junto con el servicio de  Análisis Clínicos hicimos una búsqueda activa de pacientes con niveles elevados de LDL. No solo esperamos a que nos los deriven, sino que nuestra intención también es buscar y localizar a este tipo de pacientes.

¿Qué podemos hacer justamente para ir al encuentro de estos pacientes? ¿Para conseguir que, por ejemplo, la HF deje de ser una enfermedad aún muy infradiagnosticada?


L.C Creo que lo más imporante es incidir en la Atención Primaria. Por ello, aunque los servicios de AP no formen parte como tales de la Unidad de Lípidos, siempre intentamos hacerlos partícipes, apoyarlos con sesiones formativas en los centros de salud si así lo desean, para que sean ellos quienes nos deriven a los pacientes.

Una vez el paciente llega a vuestra UL, ¿cómo trabajáis?¿En qué consiste exactamente vuestra misión de atención directa al paciente?


L.C En una primera consulta, diagnosticamos. Hacemos una buena anamnesis o historia de la dislipemia, con los antecedentes tanto personales como familiares. Hacemos también una completa exploración física para poder calcular la escala holandesa y el riesgo de Hipercolesterolemia Familiar, y valorar si es necesario o no pedir un test genético, una prueba que solo podemos solicitar nosotros, en la consulta de la UL. También podemos pedir un perfil lipídico completo del paciente, que en otros tipos de consultas no se puede solicitar. Y no solo controlamos las dislipemias, sino también otros factores de riesgo cardiovascular, como diabetes, hipertensión, etc.


A partir de este dibujo detallado del paciente, entramos en el tratamiento: proponiendo cambios si lo consideramos necesario. Y revisiones y seguimiento, que pueden ser presenciales, combinadas con telefónicas.

¿Una vez derivado a vosotros, el paciente ya se visita siempre en la Unidad de Lípidos?


L.C Somos partidarios de no duplicar consultas, pero depende del tipo de paciente. Si proviene, por ejemplo, de nefrología, normalmente tendrá una enfermedad renal crónica que deberá seguir tratando su médico especialista, y con nosotros se visitará para el control del perfil lipídico. Pero los pacientes de Cardiología o los de Medicina Interna en prevención cardiovascular, intentamos que solo vengan a una consulta y, por tanto, los seguimos nosotros desde la UL. No tiene sentido que nosotros como cardiólogos les visitemos para controlar el colesterol, y otro cardiólogo les ajuste la tensión u otros aspectos. Hemos de optimizar recursos: nosotros somos la Unidad de Lípidos pero tenemos que revisar y seguir todos los factores de riesgo cardiovascular de manera global.

Además de la tarea de atención y tratamiento al paciente, ¿también hacéis una labor educacional? ¿En qué consiste?


L.C Tenemos ahora el apoyo de la nutricionista y del endocrino, para aquellos pacientes que necesitan mayor  ayuda para incorporar buenos hábitos de alimentación. En estos casos, está claro que no basta con darles una dieta en un papel, ya que muchos de estos pacientes después no la siguen, no hacen caso. Hay que acompañarles mejor.


Y especialmente realizamos una labor de educación y concienciación respecto al hábito del tabaquismo. No solo debemos concienciar al paciente de que debe dejar de fumar por su salud, además hay tratamientos que no podemos darles si son fumadores, quedan excluidos por el hecho de no dejar de fumar.

“El tabaco cuesta mucho erradicarlo, especialmente entre los jóvenes. Hacen falta más estrategias poblacionales y educacionales para ello”

¿Es lo que más cuesta, erradicar el tabaquismo?


L.C Sí. En prevención secundaria, cuando el paciente ya ha sufrido un infarto, cuesta, pero un poco menos, porque ya ha tenido un susto. Pero en prevención primaria, la mayoría no entiende que el colesterol tenga que ver con el tabaco: se ven sanos y no asumen que deban cambiar sus hábitos de vida. Y el tabaco cuesta mucho erradicarlo, especialmente entre los jóvenes.

¿Hemos retrocedido en cuanto al hábito de fumar? ¿Hemos vuelto atrás? ¿Crecen los nuevos fumadores desde la juventud?


L.C Creo que sí. Con algunos expertos hemos detectado que hacen falta más estrategias poblacionales y educacionales. Hay dos grandes grupos de fumadores: los jóvenes que se incorporan ahora, y los que nunca dejaron de fumar, que están entre los 50 y 60 años. En este tipo de paciente es dificilísimo conseguir que dejen de hacerlo, porque llevan toda una vida fumando. Pero los que más preocupan son los jóvenes, los que se enganchan ahora y vuelven a verlo como algo social sin riesgos.

¿Respecto a la dieta, ¿comemos muy mal, los españoles? ¿Hay que incidir mucho en los cambios de hábitos alimenticios?


L.C La dieta no es lo peor. En nuestra área tenemos casi un 50% de población extranjera, muchos ingleses, otros del norte de Europa, y ellos tienen un colesterol muy alto pero en cuanto cambian la dieta, se controla rápidamente: conseguimos que baje rápidamente con una estatina y un cambio de dieta. En cambio, a los españoles, aunque hagan un cambio de dieta, les cuesta más bajar el colesterol, porque, en general, tienen unas costumbres de alimentación más sanas. Tenemos bastante arraigada la Dieta Mediterránea y eso nos ayuda. Aunque no todo el mundo la sigue y es importante recordar que es uno de nuestros grandes aliados para la salud cardiovascular.

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