ENTREVISTAS Dr. Alipio Mangas

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 Alipio Mangas, Unidad de Lípidos (UL) del Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz).

"Cádiz es una provincia de alto riesgo cardiovascular, con una prevalencia de este tipo de enfermedades superior a la media de España”

FECHA DE PUBLICACIÓN: 12/04/2023

Alipio Mangas

“Existe un claro aumento del consumo de alimentos procesados y ultraprocesados. Se está perdiendo la adherencia a la dieta mediterránea, a la que se ha reconocido un claro beneficio cardiovascular. Todo ello supone un efecto desfavorable para la salud”

El Dr. Alipio Mangas es especialista en Medicina Interna, y el responsable y coordinador de la Unidad de Lípidos (UL) del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz. Se trata de una de las UL históricas y de las primeras en ser homologada por la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA).


Actualmente esta UL está constituida por 5 internistas y una enfermera, y cuenta con la colaboración habitual del Laboratorio Clínico del Hospital. Desde el inicio, esta unidad partió como una unidad clínico experimental, incluyendo no solo el aspecto asistencial, sino también el investigador y el docente, potenciando la formación continuada. El trabajo de esta UL es de gran importancia, especialmente por ser Cádiz una provincia con una prevalencia de enfermedad cardiovascular superior a la del conjunto de España.



¿Desde cuándo funciona la UL?


A.M. Somos una de las primeras UL oficialmente homologada por la SEA, en el año 2000. Desde entonces, esta UL se oferta dentro de la cartera de servicios de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna y, progresivamente, se ha ido integrando una atención más allá de las alteraciones de los lípidos, ocupándonos también de otros factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial o diabetes mellitus tipo 2.

¿Cuál es el organigrama de esta consulta?


A.M. La UL está constituida por 5 facultativos de Medicina Interna, y también contamos con una enfermera. Y, como colaboradores, el Laboratorio Clínico del hospital. Adicionalmente, disponemos del apoyo de un grupo de investigación básico externo del cual también soy el responsable. Aunque este grupo no está integrado en el organigrama de la UL, colaboramos estrechamente.

¿Cómo trabajan de forma específica para dar la asistencia necesaria a la población con enfermedad lipídica o cardiovascular?


A.M. Desde hace años, de forma ininterrumpida, 5 días a la semana, de lunes a viernes, uno de los facultativos de la UL se desplaza a un centro de especialidades y allí se pasa consulta sobre factores de riesgo cardiovascular, y también se realiza exploración clínica dirigida, con el apoyo de exámenes complementarios específicos. Por supuesto, también nos preocupamos por transmitir a nuestros pacientes educación y consejos de salud, de buenos hábitos y de nutrición.

¿En cuanto a la investigación, cuáles son las líneas que están desarrollando con el apoyo del grupo externo?


A.M. Estamos desarrollando sobre todo dos líneas de investigación. La primera es la cardiológica, que trata de establecer parámetros que nos permitan determinar la etiología, causa, tratamientos y seguimiento de los pacientes con miocardiopatía dilatada familiar. Esta enfermedad consiste en una dilatación de cavidades del corazón que puede tener múltiples causas, aunque la isquémica es la más habitual. En estos pacientes, es frecuente la muerte súbita y, por tanto, consideramos que hay que hacer todo lo posible para amortiguar el impacto de la historia natural de esta enfermedad. La segunda línea de investigación se ocupa de diferentes aspectos asociados al metabolismo lipídico. Últimamente estamos investigando un tema muy controvertido, como es el estudio del paciente que dice no tolerar las estatinas y tener como principales efectos adversos determinados problemas musculares.

“En las consultas de las UL, vemos a un número significativo de pacientes que aseguran que no toleran la estatina y que acaban abandonando el tratamiento, lo cual es un serio problema. Porque no tenemos una alternativa clara a estos fármacos”

¿Están demostrados estos efectos secundarios de las estatinas?


A.M. Las estatinas son bien toleradas en líneas generales, pero está claro que en las consultas de atención primaria, especializadas y en las UL vemos a un número significativo de pacientes que aseguran que no las toleran. El efecto adverso que refieren con mucha prevalencia es el problema muscular: mialgias que no se acompañan de ningún dato biológico que estuviera indicando un daño del músculo. El paciente observa que las molestias desaparecen cuando deja las estatinas y, por tanto, acaba abandonando el tratamiento, lo cual es un serio problema, ya que conduce a un aumento del riesgo vascular.

¿Cuál es la alternativa de tratamiento para estos pacientes?


A.M. Este es el problema que subyace de todo esto. Hay fármacos que ya están comercializados y que tienen un mecanismo de acción diferente al de las estatinas, y que podrían ser alternativas para estos pacientes, al no actuar a nivel del músculo. Por ejemplo, ezetimibe, o resinas, cuyo efecto para la reducción del colesterol LDL es mucho menor que el de las estatinas, y por eso es deseable su coadministración con las mismas. O bien otro tipo de fármacos ya comercializados, como son los inhibidores PCSK9 (Evolocumab y Alirocumab) o el ácido bempedoico. En algunos casos, los protocolos obligan a que la prescripción de estos fármacos alternativos se haga solo a pacientes de prevención secundaria y, en otras ocasiones, si no están financiados por el sistema sanitario de salud publica, son difíciles de prescribir por el coste económico que suponen, sobre todo cuando hablamos de pacientes con niveles elevados de lípidos. En definitiva, si no se logra prescribir una alternativa, no utilizar la piedra angular del tratamiento de la hipercolesterolemia, que son las estatinas, conduce a un evidente incremento del riesgo cardiovascular y a una aceleración de la arteriosclerosis, con las consiguientes posibles complicaciones, entre ellas el infarto agudo de miocardio.

¿Existen datos de prevalencia de la enfermedad cardiovascular en la provincia de Cádiz o, en general, en Andalucía?


A.M. La prevalencia en la provincia de Cádiz es más alta que la media de España, sobre todo por lo que respecta a la cardiopatía isquémica y a la enfermedad cerebrovascular isquémica (ictus). Esto no es nuevo y hace ya años que sabemos que Cádiz es una provincia de alto riesgo. De hecho, los profesores Carmen Garcés y Manuel de Oya, de la UL de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid) realizaron en 2007 un estudio sobre los factores de riesgo en la población infantil que estudió a más de 1.200 niños de varias provincias. En ese estudio ya se demostró que, desde edades tempranas, hay factores de riesgo asociados con la arteriosclerosis y que se presentan en la provincia de Cádiz con mayor prevalencia que en otras: más obesidad en los niños, niveles de resistencia a la insulina algo superiores, más alta concentración de triglicéridos... Y cuando se hizo una encuesta dietética, se observó que el consumo de grasas también era superior en estos niños.

¿La causa de estos datos se atribuye fundamentalmente a una dieta no adecuada?


A.M. Efectivamente. Se vio que había que hacer recomendaciones importantes sobre el tipo de dieta que debían seguir estos niños. E insistir en que el peso juega también un papel relevante desde edades tempranas respecto al riesgo cardiovascular.

¿Es casi siempre la alimentación, o un patrón de vida poco saludable, la principal causa de la enfermedad cardiovascular?


A.M. Es un pilar. El estilo de vida que lleve una persona desde edades tempranas es clave. El proceso puede empezar desde muy jóvenes y si el estilo de vida inapropiado se sosteniene en el tiempo va a producir complicaciones que pueden desembocar en arteriosclerosis u otras enfermedades. Se debería insistir en pautas nutricionales claras y concisas y en la planificación de ejercicio regulado habitual. Introducir estos cambios tendría sin duda un efecto protector para amortiguar el impacto de las enfermedades cardiovasculares. Cuantificar cuánto podrían descender los casos es complicado, pero no cabe duda de que el estilo de vida es un componente fundamental y determinante.

¿Los españoles, en general, tenemos una forma de vida poco cardiosaludable? 


A.M. Parcialmente. Existe un claro aumento del consumo de alimentos procesados y ultraprocesados. Se está perdiendo la adherencia a la dieta mediterránea, a la que se ha reconocido un claro beneficio cardiovascular. Todo ello supone un efecto desfavorable para la salud: la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 han ido aumentado de forma progresiva hasta alcanzar, actualmente, el carácter de pandemia.

¿Cuáles son los principales enemigos en nuestra alimentación para la salud cardiovascular?


A.M. Los alimentos ricos en grasas saturadas, con azúcar añadido, abundante sal o procesados. Por tanto, se deben evitar alimentos ahumados, procesados y fritos con aceites refinados, salazones, cualquier alimento con azúcar añadido, zumos de fruta comerciales, patatas fritas comerciales, chocolate con leche y blanco, carnes procesadas y embutidos, mantequilla, nata, quesos curados (especialmente en pacientes hipertensos), cereales de harina refinada y frutos secos salados. 

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